Partiendo de un análisis jurisprudencial de resoluciones del Tribunal Fiscal (RTF), compartimos los criterios más relevantes que hemos revisado y seleccionado, referidos a las implicancias tributarias derivadas de la entrega de obsequios (bienes o vales) a trabajadores y clientes.
2. Tratamiento de entrega de canastas y obsequios a trabajadores y el IGV
Sumilla:
La canasta de Navidad entregada a los trabajadores califica como un retiro de bienes gravado con el Impuesto General a las Ventas (IGV), al no acreditarse que constituye una condición de trabajo.
Sumilla:
La entrega física de vinos con motivos navideños a los trabajadores de la empresa constituye retiro de bienes, considerado venta y gravada con el IGV.
Comentarios:
Conforme dispone el numeral 2 del literal a) del artículo 3 de la Ley del IGV, en general se considera como venta, entre otros, el retiro de bienes gravados, pero se excluye de esta definición al “retiro de bienes para ser entregados a los trabajadores como condición de trabajo, siempre que sean indispensables para que el trabajador pueda prestar sus servicios, o cuando dicha entrega se disponga mediante ley”, y demás exclusiones.
Es decir, como regla general la entrega de bienes a título gratuito por parte de una empresa a sus trabajadores se considera retiro de bienes gravado con IGV, al calificar como una venta en los términos establecidos en la Ley del IGV, salvo, por ejemplo cuando tal entrega cumpla con la calificación de “condición de trabajo”. Dicha condición se configura cuando los bienes entregados sirven para el cumplimiento de las labores del trabajador (como pueden ser uniformes o herramientas, etc.), debiendo acreditarse ello fehacientemente, situación que apreciamos no se produce en el caso de canastas navideñas o regalos de similar naturaleza.
3. Acreditación de la entrega de obsequios a favor de clientes y trabajadores para el Impuesto a la Renta
Sumilla:
En la entrega de obsequios a trabajadores y clientes se debe acreditar que dichos obsequios se pusieron a disposición efectivamente a sus destinatarios, no siendo suficiente acreditar la adquisición de los bienes o su ingreso a la empresa.
Comentarios:
¿Resulta necesario acreditar la entrega de los obsequios a trabajadores? El artículo 37 de la Ley del Impuesto a la Renta (en adelante LIR) dispone que a fin de establecer la renta neta de tercera categoría se deducirá de la renta bruta los gastos necesarios para producirla y mantener su fuente, así como los vinculados con la generación de ganancias de capital, así se consagra el principio de causalidad como requisito para que un gasto sea deducible. Sin embargo, no es suficiente que un gasto sea causal a nivel conceptual, además de ello el contribuyente debe estar en condición de probar que en el caso concreto el gasto efectuado cumpla con este principio.
En el caso de los obsequios a trabajadores, como es el caso de las canastas de navidad, el Tribunal Fiscal ha reconocido que dicho beneficio constituye un aguinaldo siendo deducible al amparo de lo previsto en el inciso l) del artículo 37 de la LIR, motivo por el cual para ser causal deberá también verificarse que cumple con el criterio de generalidad; es decir, que el beneficio se otorgue a aquellos trabajadores que compartan una misma condición o criterio objetivo (por ej. antigüedad, ubicación, rango, etc.).
Asimismo, y como precisa el criterio materia de comentario, el contribuyente deberá acreditar que se entregaron efectivamente los bienes al trabajador, de lo contrario el gasto no sería deducible. Entre los documentos que pueden coadyuvar a demostrar la entrega de productos a trabajadores podemos citar:
- Listado con los datos de identificación de los trabajadores (nombres, documento de identidad y área a la que pertenecen) con su firma a modo de aceptación que han recibido las canastas u obsequios.
- Detalle de bienes entregados.
- Otros medios probatorios donde conste la entrega, como por ej. fotos o videos del evento donde se entregaron los bienes, más control de asistencia, etc.
- Emisión de la boleta de venta correspondiente, con una copia del mismo firmado por el trabajador, con la leyenda “entrega gratuita”.
Sumilla:
En los gastos por obsequios a clientes, a fin de deducir el gasto, el contribuyente mantiene la carga de la prueba y es quien debe acreditar la entrega de los obsequios a dichos clientes.
Comentarios:
El artículo 37 de la Ley del Impuesto a la Renta (LIR), señala que a fin de establecer la renta neta de tercera categoría se deducirá de la renta bruta los gastos necesarios para producirla y mantener su fuente, así como los vinculados con la generación de ganancias de capital, en tanto la deducción no esté expresamente prohibida por esta ley, de esta forma se consagra el principio de causalidad como requisito para que un gasto sea deducible, ello independientemente que el gasto figure expresamente en alguno de los supuesto previstos en el citado artículo, y del cumplimiento de las condiciones que establezca el supuesto particular, como sucede en el caso de los gastos de representación[3], como también se menciona en la resolución materia de comentario.
En el caso de entrega de obsequios a clientes, el inciso q) del artículo 37 de la Ley del Impuesto a la Renta reconoce que los gastos de representación de la empresa, son deducibles para efectos de la determinación del Impuesto a la Renta de tercera categoría, ello en la medida que en conjunto, no excedan del 0.5 % de los ingresos brutos, con un límite máximo de 40 UIT.
Además, se debe señalar que este rubro de gastos comprende: i) los efectuados por la empresa con el objeto de ser representada fuera de sus oficinas, locales o establecimientos; y, ii) los gastos destinados a presentar una imagen que le permita mantener o mejorar su posición de mercado, incluidos los obsequios y agasajos a clientes.
En ese sentido, si bien es cierto el Tribunal reconoce que este tipo de gastos son causales debido a que mejoran la imagen de la empresa frente a sus clientes o proveedores, también considera que resulta necesario que se acredite que realmente se entregaron los bienes a los clientes, de lo contrario no se habría acreditado la causalidad del gasto, siendo que este requerimiento también es aplicable para el caso de la entrega de obsequios a los trabajadores.
4. Tratamiento de entrega de vales de consumo
Sumilla:
Debe sustentarse el motivo por el cual se entrega vales de consumo a terceros que no son parte de la planilla de la empresa, a fin de establecer la causalidad entre el gasto y la generación de renta.
Comentarios:
El artículo 37 de la LIR señala que se deducirá de la renta bruta los gastos necesarios para producirla y mantener su fuente, así como los vinculados con la generación de ganancias de capital, en tanto la deducción no esté expresamente prohibida por esta ley.
Sobre el particular, el Tribunal Fiscal en diversos pronunciamientos ha establecido que el término necesario debe ser entendido en un sentido amplio, así será causal incluso aquel gasto que no guarda una relación directa con la generación de renta o el mantenimiento de su fuente. Es decir, basta con que exista una relación de causa efecto entre el gasto y la generación potencial o eventual del ingreso.
En ese sentido, se puede afirmar que se considerarán causales no solo los gastos en los que incurre una empresa usualmente, sino también los que respondan a decisiones empresariales vinculadas directa o indirectamente a la generación de ingresos, en la medida que su deducción no esté prohibida expresamente.
Por lo tanto, cuando se trata de la entrega de vales de consumo a los trabajadores, como el Tribunal Fiscal ya ha desarrollado, como es el caso de la Resolución N° 08266-2-2019, el gasto sería causal en la medida que se cuida la fuente generadora de ingresos como son los trabajadores y siempre que se encuentre debidamente acreditado.
Cuando los vales se entregan a terceros, corresponde que se establezca la relación entre dicho gasto y la generación de rentas gravadas con el Impuesto a la Renta, lo cual como se precisa en esta resolución no solo se deberá afirmar o establecer a nivel conceptual, sino que también se deberá probar a nivel documental.
Referencia: La Ley.