Acaban de llamarme del Banco, y ya no tengo dinero en mis cuentas bancarias por lo que he tenido que ir a la Policía a denunciar. Este tipo de denuncias es cotidiano en las delegaciones policiales del Perú, que solo se limitan, en muchos casos, en registrar la denuncia y luego derivarlas a una fiscalía de turno.
CTFSAC informa que desde el auge de las tecnologías de la información y comunicación-TIC, se han comenzado a producir los denominados delitos informáticos en nuestro país y que son conocidos en el mundo como ciberdelitos. Sin embargo, durante y después de la pandemia por el Covid-19, los delitos utilizando las TIC como medio (estafas virtuales, fraudes informáticos, pornografía infantil, suplantación de identidad, etc) o como fin (acceso a plataformas digitales para vulnerar su seguridad y obtener ganancias o causar daño) han venido creciendo de forma exponencial.
Nuestra legislación penal sanciona este tipo de delitos tanto en el Código Penal como en la ley de delitos informáticos. Pero si es así por qué viene creciendo de forma exponencial. Lamentablemente, en el Perú solo existe una fiscalía especializada en delitos de ciberdelincuencia en la ciudad de Lima, creada a partir de diciembre de 2020.
CTFSAC señala que es evidente que a la fecha la policía no tiene suficiente personal especializado para la persecución de estos ilícitos cometidos y las fiscalías no especializadas (que son la gran mayoría) tampoco, careciendo ambas entidades de infraestructura y equipamiento capaz de realizar una lucha frontal contra este tipo de delitos que perjudica a toda la sociedad.
Pero, por si fuera poco, el Poder Judicial también adolece de infraestructura, equipamiento y personal capacitado para poder procesar y administrar justicia en la comisión de estos delitos lo cual explica la casi nula presencia de sentencias emitidas por este órgano judicial dejando en indefensión al ciudadano que ve frustrado su anhelo de justicia y lo que es peor es que en muchos casos se queda endeudado.
Mientras el Estado no pone atención en resolver este álgido problema, la delincuencia se viene organizando en bandas u organizaciones criminales, para lo cual están perfeccionando la comisión de sus delitos utilizando la Inteligencia Artificial-IA.
Con este nuevo programa inteligente es posible crear suplantación de voz a la perfección, así como reproducir imagen y sonido creados para cometer ilícitos que pueden ser planificados en un país de Europa Oriental o Asia (pues no tiene convenios de colaboración en la persecución de estos delitos), operar con servidores en países de Europa y cometer el ilícito en américa siendo por tanto delitos transfronterizos.
El desarrollo de la IA pone en jaque a la persecución y lucha contra la ciberdelincuencia, pues auspicia la impunidad y desalienta a la población a realizar las denuncias al no tener resultados favorables a los afectados.
Es por ello que CTFSAC recomienda que urge repensar las formas en que debe combatirse este tipo de delitos para lo cual debe iniciarse con campañas de educación a la población y así evitar mayor cantidad de víctimas.
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